El Mundial se dividió entre los partidarios y los detractores del nuevo sistema de video arbitraje llamado VAR. En las puertas de los octavos de final, no estaba siendo el Mundial de Messi, Cristiano o un jugador semidesconocido del que todo el mundo habla. El gran protagonista era el VAR. El sistema acaparó la mayor cuota mediática por delante de estrellas, selecciones minoritarias o jugosas intrahistorias de fútbol y geopolítica.
Como se acertó a decir «por primera vez ya no se insulta al árbitro, sino a una máquina. Bienvenidos a la nueva era». La imagen del marroquí Amrabat mirando a cámara y gritando «el VAR es un desastre» anunciaba nuevos tiempos. El VAR ha afectado a todos los actores del fútbol. Y como ocurre con lo nuevo hoy se critica, también se aplaude, pero la división de opiniones retumbó en Rusia. Los puristas recuerdan que con esta nueva herramienta se pierde “gracia”. Que nunca se habría podido dar un gol como la mano de Dios de Maradona. El VAR le ha dado otra dimensión televisiva al fútbol y ha revolucionado el tercer tiempo
En el otro extremo están los que defienden que el fútbol es ahora un deporte más justo. Y luego está la tercera vía: «no soy partidario del VAR y sí del ojo de halcón porque es rápido, limpio y no doloroso», aseguró recientemente Valdano. Lo más curioso seguramente sea que el nuevo sistema haya desmentido algunos de los lugares comunes que le acompañaban. El primero, que el VAR nacía para evitar el protagonismo de los árbitros y cedérselo a los jugadores. Y el segundo que acabaría con uno de los ingredientes más existosos del fútbol: el picante de la moviola.
El VAR ha aportado una nueva dosis de dramatismo, unos segundos (a veces minutos) de incertidumbre, que le dan otra dimensión al espectáculo. Y que además conectan más que nunca a la polémica inherente al fútbol…Con el sistema de videoarbitraje el tercer tiempo es en directo. Todo el mundo puede decir la suya antes, incluso, de conocerse la decisión final. Todo espectador se siente jurado. La puesta en escena contribuye, al suspenso con un visionado múltiple. Vemos a tres desconocidos con varias televisiones en una sala de pantallas (la imagen nos remite a una especie de enterprise). Vemos a un árbitro al borde del ataque de nervios revisando la jugada. Y finalmente vemos a los jugadores esperando el juicio final.
Las quejas marroquíes, por ejemplo, se centraron sobre todo en el arbitraje sufrido ante Portugal cuando no se revistaron tres jugadas, que reclamaron como erróneas.El VAR también expone aún más a los deportistas. La posibilidad de revisar las imágenes al momento deja aún más en evidencia a los jugadores que tratan de hacer trampas.Sobre todo de cara a los colegiados.
El penalti (des) pitado a Neymar ante Costa Rica fue un aviso de lo que se pueden encontrar los futbolistas más teatreros. En los que llevamos de Mundial el nuevo sistema sobre todo ha afectado en situaciones de goles susceptibles de estar en fuera de juego (ahí están los tantos de Costa y Aspas, entre otros) y penaltis controvertidos (Cristiano y Rojo han sido solo dos de los protagonistas)…Para Low, seleccionador alemán, no hay dudas. «Soy amigo y admirador del VAR; creo que ha funcionado muy bien durante todo el torneo. Se ha visto que sólo se utiliza en situaciones muy, muy claras».