Hace unos años, antes de la Copa 2014, le preguntaron a Roberto Carlos: ¿Cuál ha sido el mejor Brasil?, y el formidable lateral de fulgurantes proyecciones ofensivas y dueño de impresionantes remates, no titubeó en responder: el de 1982, que no ganó nada, pero lo tenía todo y deslumbraba…“No he podido ver otro equipo como ese”, dijo Roberto Carlos refiriéndose a la flexibilidad, armonía y magia, que garantizaban Falcao, Sócrates, Zico, Toninho Cerezo, Junior y Eder…Ciertamente fue un equipo próximo a lo fantasioso, pero se encontraron con un Paolo Rossi inspirado y destructivo, que atravesando por una de esas tardes que soñaba Van Gohg, los sacó de esa Copa.
AQUÍ ESTA EL RETO
¿Qué hacemos con el Brasil de 1970, que lo tenía todo incluyendo a Pelé, mas un grupo de geniales jugadores escapados de la Lámpara de Aladino, y lo ganó todo?…Es decir, que no dejó el mínimo margen para ser sometido a discusiones inútiles. Bueno, Roberto Carlos, que nació en 1973, seguramente sólo ha escuchado hablar de ese equipo, y como los videos establecen una clara diferencia entre “aquel futbol” de posiciones definidas; de extremos ágiles, alegres y de llamativa destreza; de un marcaje territorial; de la utilización del libero y el stopper; pero de mayor espacio disponible para maniobrar, no lo admite como el equipo Perfecto…Es asunto generacional y evolutivo. El Brasil de Leonidas, tiene diferencias con el que vimos en 58 en Suecia y en el 62 en Chile, y estos al mismo tiempo, no son comparables con el de 1970…La superior dinámica, rotación permanente y exuberante condición física del 82, consecuencia de la revolución de los holandeses con su futbol total, cambió las perspectivas, y Brasil con sus jugadores de talento natural, se adapto eficazmente.
OTRO GRAN EQUIPO
Hay un gran aprecio por el Brasil del 86, tambien brillante, que perdió ante Francia por tiros de penal después de una batalla de belleza incomparable y brutal desgaste, y por el de 1990, eliminado por una genialidad de Maradona, completada por Caniggia, se diferencian del Brasil de Romario que obtuvo la cuarta Copa en 1994, y del Brasil de Ronaldo, desvanecido a última hora, devorado por la crecida e incontenible Francia en 1998, antes de volver a tener éxito en el 2002 con Rivaldo, Ronaldo y Ronaldinho, después de quedar casi eliminado por vez primera en la historia, en la zona
El Brasil de 1970 en México, tuvo lo mejor de Pelé, más Tostao, más Gerson, más Rivelino, más Jairzinho, más Clodoaldo, más Carlos Alberto…Un equipo super.compacto en todos los sectores del terreno, capaz de fabricar un futbol de rápido y seguro traslado de pelota, con desmarques desconcertantes, una segura zona de contención, y matemático manejo de los pases largos, las diagonales y las paredes.
Roberto Carlos puede preguntar: ¿Hubieran sido capaces de hacer eso mismo en estos tiempos de acoso feroz y estrangulamientos implacables?.
EN CUALQUIER EPOCA
Y uno piensa…Con las habilidades que esos jugadores del 70 tenían, estarían a la altura de los mejores hoy día…Y es que los genios siempre prevalecen, más allá de la época en que nacen y se desarrollan. En 1994, lo que quedaba de Maradona fue suficiente para convertirlo en pieza clave en el engranaje del equipo argentino…Cuando él salió, todo se oscureció, algo que no hubiera ocurrido en aquel Brasil del 70, aún sin Pelé, como se demostró en 1962 en Chile…Lo de Brasil en México 70 fue una sinfonía digna de Shubert o Bethoven, un futbol de arte y fuerza combinados, capaz de la conversión de lo difícil en fácil, un estilo que entraba por los sentidos por su rapidez colectiva y movimientos que nacían en el cerebro para transformarse en maniobras incontralables para el enemigo. Lo vimos en el triunfo sobre Italia por 4-1 que aseguró la tercera Copa, y la posesión de la Jules Rimet.
La opinión sobre ese Brasil de 1970 que supo colocar en el terreno cinco jugadores con el número 10 en sus equipos y hacerlos funcionar como la Sinfónica de Filadelfia, es casi universal.