Un búfalo abriéndose paso hacia la cabaña enemiga con la velocidad y la flexibilidad de un leopardo, inutilizando a quienes tratan de  cortarle el avance, mirando al arquero en movimiento con vista de lince, acercándose y disparando con cualquiera de los cañones que tiene por zurda y derecha, ese es Kyliam Mbappé, el atacante francés que es fácil ubicar por el sector derecho levantando polvo, y que se ha convertido en la más preciada joya de la corona que intenta defender Didier Deschamps. Con un equipo que sobrevive con bajas importantes, Francia pasó zumbando 3-0 sobre la mejor actuación de Polonia, con dos goles “marca” Mbappé y uno de Giroud, quién casi realiza otro de fantasía, de chilena, con el excepcional arquero polaco Szczesny, derribado en choque y juego previamente detenido. 

¿Cómo parar a Mbappé? No tiene respuesta. Aún con firmeza, velocidad, fortaleza y destreza, un marcador necesitará siempre de ayuda. Mbappé es una nueva versión de Cristiano que además de ser desequilibrante de diferentes maneras, es descomunal en sus proyecciones por lo mortífero de sus disparos. Se tiene una enorme confianza como el portugués y se encuentra en un momento de llamativo crecimiento. Mbappé ha registrado 5 goles en tres juegos y un pico de 20 minutos, y la tendencia a extenderse haciendo estragos salta a la vista con tres partidos pendientes. ¿Podrá amenazar la marca de Just Fontaine, también francés, que de 13, establecida en 1958? Necesita Mbappé agregar 8 estocadas en tres batallas pendientes, lo cual es mucho, y parece poco probable.

En lo que va de esta Copa en la que nada es cierto, Mbappé se encuentra delante de Messi, su compañero en el PSG, no solo en la diferencia de goles (5-3), sino en ese empuje derriba montañas. Las “formulas” del francés son simples pero muy efectivas: quiebre corto, desequilibrio, toma del espacio necesario y disparo; o con o sin quiebre, aprovechamiento de pelotas largas con pique, sprint  a lo Bolt y remate. Sus entradas vertiginosas sembrando pánico en el área, le permiten meter pelotas , como la que tomó Giroud, atraer marca, y lanzarse como un acompañante haciendo señas. Después de haber ganado su primera Copa en el 2018 con 19 años, va por su segunda, pretende pelear la Champions, y buscar el balón de oro. Obviamente, no solo es la joya de Francia, sino del futuro en el futbol mundial.