EDGAR TIJERINO M.
Faltando los Panamericanos de Chile, la Postemporada de las Mayores que podría incluir a Erasmo, y quizás una pelea de Chocolate que podría levantar el voltaje de nuestro pequeño deporte, estos tres meses pendientes parecen mucho tiempo por recorrer para hablar del Atleta del Año, sin embargo, en estos momentos, Carlos Rodríguez, el pitcher del Biloxi en Doble A, nacido en Rivas, hijo de madre nica y de cubano come vigorón y toma pinolillo, y el también joven basquetbolista costeño de la Universidad de Miami, quien logró avanzar a la Final Four como una de las figuras cumbres de su equipo, son los que aparecen en la pantalla de las posibilidades haciendo repicar sus pretensiones.
Da la impresión que Rodríguez, seleccionado el mejor lanzador de la organización de Milwaukee en las menores, y con opción a un llamativo reconocimiento en toda la Doble A, está un par de pulgadas adelante. Prudentemente Norchad, no fue al Draft y regresará con la U de Miami en el 2024, después de dejar huellas sobre su nivel de rendimiento muy bien marcadas, continuando con su mira en un hecho sin precedentes: ser el primer nica que viste una chaqueta de la NBA. Su ritmo en ruta hacia la Final Four, mantuvo crispada nuestra atención largo rato. Pero “Chocolatito”, con lo que queda de su boxeo deslumbrante, puede provocar un impacto, y si Erasmo se queda con Tampa, y logra como tantos inesperados, ser útil para los Rays en la Postemporada, se meterían en la lucha.
Por ahora, el escenario está dominado por Rodríguez y Omier.
