El coloso de Rodas en Grecia, parecía indestructible con una base de mármol y mucho de bronce y hierro en su elevación de 108 metros. Traten de imaginarlo. Fue derribado por un terremoto en época anterior a Cristo. Todos los colosos, aún los de carne y hueso como Alí y Tyson, terminan derrumbándose. Ayer, en la Copa del Mundo, dos colosos del Futbol, Bélgica y Alemania, fueron eliminados en la fase de grupos, algo inesperado. Bélgica número uno del mundo desde el Mundial de 1918 cuando terminó tercero, había sido desplazado al segundo lugar por Brasil hace unos meses. No se espera que el número 2 en el ranking y fuerte aspirante al título, sea borrado tan rápidamente, y tampoco Alemania, ganador de 4 Copas, equipo siempre temido, al revés y al derecho. ¿Cómo ocurrió eso?: Bélgica que necesitaba vencer a Croacia para asegurarse con 6 puntos, solo pudo empatar 0-0 entre un futbol oscurecido, y Alemania que para sobrevivir, además de vencer a Costa Rica requería que España venciera a Japón, o por lo menos empatara para discutir, ganó 4-2, muy corto en diferencia de goles, quedó descartada.
Una Copa sin Alemania y sin Bélgica tan temprano, recibe dos golpes fuertes. Argentina, uno de los cuatro equipos que encabezan el ranking, estuvo en peligro después de iniciar perdiendo con Arabia, pero se enderezó a tiempo y se salvó. Se culpa a Lukaku como el culpable del empate belga con Croacia 0-0, por las posibilidades de gol que malogró, dos de ellas en la puerta del horno como decía mi abuelo. En cada una de las ocasiones falladas en el segundo tiempo, Lukaku quería que se lo tragara la tierra, pero eso no resolvía el problema. Courtois desde lejos, golpeaba los postes con su cabeza, lamentando. Lukaku sudó más sufriendo que corriendo…En Croacia, sin el agigantamiento del 2018, Luka Modric trataba de estar en todo, en proyección y en contención, trabajo agotador cuando tienes 35 años de ajetreo intenso, mientras su equipo se aferraba a la segunda posición, viendo como Marruecos, vencedor de Canadá 2-1 trotando, se instalaba en el liderato.
España, uno de los favoritos también atravesó por tantos peligros como Robinson Crusoe en el estupendo relato de Daniel Defoe. Consideren que fue derrotada por el impetuoso Japón, un equipo que ha venido creciendo sigilosamente, y que ya había provocado un enorme impacto doblegando a Alemania. En el triunfo sobre España por 2-1, dándole vuelta al gol de Morata, con los anotados por Doan y Tanaka, este último discutido por ser producto de un centro corto y cerrado, con una pelota que había salido…Alemania comenzó imponiéndose 1-0, gol de Gnabry a los 10 minutos, pero Costa Rica, inesperadamente, se agigantó y con gol de Tejeda y un autogol que me pareció mal apuntado a Neuer, se adelantó 2-1 en el minuto 70. Con las alarmas sonando sin interrupción, Alemania se volcó desesperadamente. ¿Cómo ganar por goleada en 20 minutos y el agregado, si España se balanceaba en la hamaca del +6? Alemania no pudo, triunfó 4-2 en el juego, pero murió en la Copa. “Es algo desastroso” dijo Muller que hizo poco.
Para el futuro inmediato en octavos: España-Marruecos, ¡cuidado!, y Japón-Croacia, ¡más cuidado!