Me encuentro imaginariamente entre las columnas de humo y el eco de los gritos de júbilo que dejó la trepidante final de la Copa Mundial en Qatar. Sé lo que es eso, lo que se siente sin importar el tipo de temperatura. Es una sensación que te llena el alma, y al mismo tiempo es de vacío porque ya todo terminó. Hay que esperar otros cuatro años, un período que la FIFA quiere recortar a dos. La final de Qatar, ha sido la mejor de todas encima de la de 1950 en Brasil, la del “Maracanazo” y la de 1954 en Suiza, con Alemania resucitando. Ha dejado huellas muy profundas, que se piensa podrían ser imperecederas. Ganó argentina un partido que se convirtió en enloquecedor, y en el cual, un minuto era una eternidad. No hay, quien sea apasionado por el futbol, que no haya sufrido al límite.
Difícilmente se puede encontrar en la redondez del planeta, un país con más veneración a los ídolos del deporte, especialmente a los futbolistas que Argentina. Desde tiempos inmemoriales, antes de “La Maquina” de River, Moreno, Pedernera, Labruna, Muñoz y Lostau, el futbolista sobresaliente era mirado con profundo respeto y una inmensa admiración. Maradona elevó eso a niveles de idolatría, y Messi lo está reforzando. “Diego es Dios” decían unas camisetas que se vendían cuando fui a “La Bombonera” a ver un partido entre Boca e Independiente, dirigido por Mennoti. No era Boca-River y parecía una final de Copa del Mundo. Las graderías, muy verticales con la mayoría sin camisa, parecían derrumbarse. En Argentina el futbol es pasión y es peligro.
Tomo, puliéndolo un poco, algo que escribí después del juego el domingo, y envié.
EL REGRESO A LA CIMA
Es por eso que una sequía de 36 años, desde los tiempos de esplendor de Maradona, provocaba una desesperación indescriptible. ¿Cuándo regresaría Argentina al trono? El domingo en Doha, la sequia terminó. Argentina ha vuelto a la cima del futbol mundial, superando a un equipo francés que súbitamente salió del hoyo 0-2 en que estuvo metido increíblemente, hasta el minuto 78. A partir de ese momento, Francia se convirtió entre el asombro de la multitud, en una fuerza resurgente, capaz de arrasar con todo, excepto, con la elasticidad, reflejos y reacciones felinas del arquero “Dibu” Martínez, y por supuesto, coexistiendo con la maestría, vitalidad y garra del extraordinario Lionel Messi, quien se encumbró frente a la mayor de sus exigencias en una carrera de muchas luces y pocas sombras…Messi quien ha realizado el más largo recorrido sobre el arco iris de la grandeza que pueda recordarse de algún jugador, marcó por vez primera en una Copa en el 2006, unos minutos después de haber ingresado, y su crecimiento no se detuvo.
De pronto, Francia rugía y mostraba sus colmillos levantándose de la lona. Del 0-2 pasó al 2-2, y del 2-3 en la prorroga al 3-3, llegando a los penales. El gran estadio en Doha se tambaleaba, el mundo temblaba y yo sudaba.
EXPLOSIVA REACCION
¡Qué partido! Con un cierre grandioso que de ser graficado en un lienzo, podría ser colocado en cualquiera de las paredes del Palacio de Versalles, aunque Luis XIV se moleste. Argentina parecía cabalgar tranquila hacia la victoria con el 2-0 conseguido por el penal ejecutado por Messi a los 21 minutos. El golazo de DiMaría culminando una conexión de Messi con McCallister y Alvarez, en el 35, pareció una señal de ¡Adelante caballería. No nos detengamos!… El cambio de DiMaría entrando Acuña en el minuto 65 obligó a fruncir ceños. “El fideo” estaba siendo esencial, pero no se sabe como se encontraba físicamente. Se le veía bien…Argentina manejaba todos los hilos cuando en el minuto 78, a solo 12 del final, Ottamendi faulea a Kolo Muani. Penal en todas las pantallas y Mbappé, letal, no falla en dirección y poder. La diferencia se estrecha 1-2, hay perturbación en Argentina y Francia apurándose, consigue seguir volcada de inmediato. No hay tiempo que perder. Coman roba una pelota a Messi y su proyección es veloz, no encuentra obstáculos, entrega a Thuram y éste traza hacia Mbappé por la izquierda. El latigazo estremecedor del francés, primer disparo a la cabaña de “Dibu” entra como rayo lasser. La pizarra 2-2 en apenas un minuto. Argentina está aturdida aquí y el país se ha oscurecido allá. El cambio de DiMaría entrando Acuña en el minuto 65 obligó a fruncir ceños. “El fideo” estaba siendo esencial, pero no se sabe como se encontraba físicamente. Se le veía bien
Quedan 9 minutos por jugar y la reposición. Centro de Mbappé, y todos los de Francia incluido el Presidente Macron y su gabinete, se mueven hacia Martínez con los brazos abiertos, también se mueven los exhaustos defensores argentinos. La pelota se pierde y regresa la calma…En la extensión de 8 minutos, con Francia mejor físicamente y Argentina buscando un equilibrio emocional. El aire es espeso, los músculos vibran, los corazones producen sonidos de locomotoras cansadas… Atención es prohibido parpadear y la multitud mayoritariamente de argentinos, así lo entiende. Todos con sus ojos agrandados. Presiona Francia, sufre Argentina, hay cruce de dedos y oraciones. De pronto un pase largo abre espacio a Thuram que va hacia “Dibu” pistola en mano para disparar y sepultar a Argentino. Un sombra aparece de la nada, es Enzo Fernández y desarma a Thuram evitando el mano a mano; luego, en el 97, Lloris desvía en sensacional acción un disparo envenenado de Messi que buscaba la escuadra cerrando el juego. Le aplican una amarilla a Acuña, hay presión francesa, y nos vamos a tiempos extras de 15 minutos.
PRORROGA, SIGUE EL SUFRIMIENTO
Se inicia la prorroga con Messi tratando de sacar juventud de su pasado. El que se agranda es Enzo Fernández, un chavalo ansioso por mostrarse y ser valorado. Mbappé es golpeado, pero joven y muy fuerte, se incorpora y sigue. Messi le hace llegar una pelota al recién ingresado Lautaro, quien no la alcanza, un minuto después, Lautaro otra vez se queda corto. Argentina parece haber obtenido una buena recarga para la segunda parte del alargue…En el 107, atajada brillante de Lloris sobre tiro rasante de Messi desviando con la palma de la mano, y un instante después, la entrada con Lautaro rematando sobre el arquero y el rebote es empujado con serenidad por Messi. El balón es devuelto dos o tres pies adentro, aunque sin la menor discusión, es gol. Así que, Argentina se adelanta 3-2, comprobándose que Lautaro no estaba off side. Otra vez las riendas del duelo están en las manos de Argentina con 13 minutos pendientes. Mucho tiempo para unos, poco para otros.
Con los cambios hay piernas frescas y cabezas claras para mantener la intensidad. En el minuto 116, el balón rebota en el brazo de Montiel dentro del área. Es penal y nuevamente Mbappé, con esa seguridad y frialdad que lo caracterizan, acaricia el esférico y lo coloca con cariño, como diciéndole: no te muevas, vas a sentir un impacto, pero no te asustes. El cañonazo es certero dejando sin chance a “Dibu” estableciendo el 3-3. Francia sale del hoyo por segunda vez y los minutos finales se juegan en la orilla de los círculos del infierno que imaginó Dante, con mucho juicio. El tercer gol de Mbappe en un juego de final, le permite abrazar al inglés Geoff Hurts, quien en 1966 frente a Alemania, también marcó tres veces.
EL DRAMA DE LOS PENALES
El reloj continúa su marcha. Hay 88 mil que lo escuchan…En el minuto 119 antes de 3 adicionales, un centro-chut de Mbappé, con toda la mala intención, no encuentra cabeza, pero sigue amenazante hacia el portón argentino. Tardíamente el arquero Martínez se lanza, pero la pelota se va por la raya de fondo, minuto 85. Ufff. A secarse el sudor…Con segundos de vida para los dos, Kolo Muani se escapa por el centro. Va directo hacia un mano a mano con “Dibu”. Todo parece perdido para Argentina, pero milagrosamente se activa un resorte oculto en la pierna izquierda del arquero y su estiramiento impide el gol de la muerte entre aullidos y gemidos. Lo que nadie quería: decidirán los penales.
Los tiros de penal. La hora de los que tienen más dureza mental, mas firmeza emocional,
más frialdad para ejecutar, más precisión para ir por el balón…Mbappe con bombazo, adelanta a Francia 1-0; Messi con la sutileza del pincel de Dalí, rasante, engañando a Lloris, empata 1-1…Ataja “Dibu” el disparo de Coman, Francia gime, está herida sigue el 1-1; Dybala amaga le pega al centro y Lloris fue a su izquierda. Argentina toma el mando 2-1. Podría ser definitivo…Tchouameni falla junto al poste derecho de “Dibu”. Un aullido de lobo moribundo que se retuerce, cruza sobre Francia. Paredes con poder y rasante, no falla. 3-1, Argentina se siente cerca, muy cerca del trono…Acierta Kolo Muani y Francia aún tiene vida 2-3. Si Montiel no falla, todo estará consumado. Y no falla. Se acabó 4-2. Argentina Campeón. 36 años de sequía han terminado con el sueño de Messi convertido en algo real.
Disculpen lo largo de esta nota. Ni modo.