Francia está en la final. Derrotó atravesando dificultades y moviéndose entre la incertidumbre, 2-0 a Marruecos…Me quedó una duda, y bien grande. Es respecto a lo que vi o traté de entender. Frente al insistente, valiente y bien hilvanado Marruecos, me pareció que el equipo francés, se replegaba a propósito o estaba siendo empujado contra las cuerdas sin respuestas apropiadas. Consideró que ocurrió lo último…Este equipo francés ha sido tan bueno, que no le han molestado pérdidas importantes durante todo el torneo Mundial , entre ellas la del ganador del Balón de Oro, Karim Benzema, agregando en esta semifinal, no contar con Rabiot, un centrocampista de mucha incidencia, y con Upamecano. Los azules de Deschamps superaron eso, y los goles de Theo Hernandez y Randall Kuolo Muani,un reeplazo de última hora del delantero Kunku, sacaron a Marruecos de un fantasioso sueño con los ojos abiertos. Lo raro, es que más allá de ese trazado magistral en el minuto 79 hecho por Mbappé, abriendo un surco en el área, hacia Muani para el 2-0, el estelar francés ha reducido su intensidad, mientras Griezmann seguía siendo un farol encendido y guía permanente del equipo galo, aún en los momentos de gruesa neblina.
Hay quienes apuntan que Francia se replegaba para el uso más adecuado de los contragolpes. Ese es un señalamiento sobre la extraña timidez del más fuerte. A mi me pareció que fue un acorralamiento muy efectivo, dejando a Francia huérfano de ideas en la búsqueda de salidas limpias, afectado por la super población en la defensa marroquí y en no encontrar espacios para maniobrar. Antes de la final, Francia nos hizo recordar que las ausencias de Kanté y Pogba, habían obligado a Griezmann, con el apoyo de Tchouameni, a realizar esa tarea desgastante y de bombillos que alumbraran. Qué importante fue ese gol de Theo Hernández a los 5 minutos, cuando el masticar uñas no hacía ruido. Y el juego se fue estirando hacia el final con más amenazas que disparos, como lo demuestra el equilibrio de ambos con 3 tiros al marco cada uno, y esas dos atajadas de Lloris, merecedoras de un marco en la sala de la casa de Deschamps.
En los dos últimos juegos de Francia, Mbappé ha estado bien custodiado por defensores mordedores y veloces, capaces de estar siempre encima para cortar alas e intenciones. Dembelé se vio más suelto por la derecha, y Giroud se trabó consecuencia del acoso a que fue sometido. El 1-0 seguía tenso, inseguro, hasta que en el minuto 79, apareció Mbappé con su trazado hacia Muani, quien resolvió con póder y destreza, dejando sin chance a Bono, ampliando 2-0…El probable gol del Mundial, se desvaneció súbitamente cuando una chilena de gran precisión, ejecutada por Jawad El Yamiq, joven defensa del Valladolid, de 24 años. La bola, que a mi me pareció ser desviada por la mano derecha de Lloris, fue devuelta por el poste, y toda Francia recuperó la respiración. Con Amrabat, Ziyech y Ounahi, Marruecos queda afuera dejando una gran impresión. Ya veremos que le depara el futuro, siempre caprichoso.
Ahora estamos frente a una de las finales soñadas: Argentina-Francia, Messi-Mbappé, América-Europa, como en los viejos tiempos con emociones nuevas. Esperamos, un gran duelo.