Ahora, que casi todos estamos convencidos que Lionel Messi no necesita ganar una Copa del Mundo para ser correctamente valorado en la cima de la montaña, junto con los otros “Monstruos” del futbol mundial, podría ganarla. DiEstefano y Cruyff, sin haberlo logrado, siempre entran en las discusiones sobre el apasionante e inagotable tema. Una inmensa mayoría en el planeta futbol, está deseando que gane Argentina por Messi. Hasta hoy el genial argentino, apartado algunas explosiones de incomodidad con fallos arbitrales, se ha visto tranquilo, cazando balones, proyectándolos con rapidez y seguridad, y disparando como lo hacían Doc Holliday o Johnny Ringo…Argentina busca “guiada por los pies de Messi”, la conquista de su tercera Copa Mundial. En 1978, la estrella más fulgurante, fue el fogoso goleador Mario Kempes, y en 1986, ese Extraterrestre que fue Diego Maradona, incluyendo “Mano de Dios” y gol del siglo.
En 1978 Argentina atravesaba por un momento político terriblemente complicado y la Copa del Mundo, unificó emocionalmente al país con un equipo jefeado por Mario Kempes. El gran rival era Holanda, la llamada “Naranja Mecánica”, para muchos “Campeón sin corona” en 1974, con Cruyff en el ombligo del torbellino, y sin él -una baja irreparable- en 1978. No fue un gran mundial, Brasil, único invicto, quedó eliminado por la goleada 6-0 que aplicó Argentina a Perú…Venciendo a Hungría y Francia, el equipo argentino doblegado por Italia 0-1, quedó segundo en su grupo, avanzando a la segunda etapa también de grupos, no de eliminación directa. Argentina derrotó a Polonia, empató 0-0 con Brasil, necesitando golear a Perú para seguir en pie de lucha. Lo hizo por 6-0 y mientras Brasil regresaba a casa, Argentina se coronaba superando a Holanda 3-1 con dos goles de Kempes “El matador” y uno de Bertoni.
En 1986, en la era Maradona, Argentina llegó al país sede emergente, México, no como favorito. Transitó tranquilo la fase de grupos con victorias sobre Corea 3-1, dos goles de Valdano y uno de Ruggeri, y contra Bulgaria 2-0, goles de Valdano y Burruchaga, empatando 1-1 con Italia, gol de Diego. En octavos, superó 1-0 a Uruguay, gol de Pasculli y en cuartos, en el duelo cumbre, Argentina “decapitó” a Inglaterra 2-1 con dos goles históricos de Maradona: uno con la mano, y el otro en un show de ballet, obligando a todos los defensores ingleses que habían quedado tendidos mientras él se abria paso hacia lo grandioso, a ovacionarlo. Un gol irrepetible, sobre todo en estos tiempos. Una magistral actuación de Maradona contra Bélgica en semifinales, no solo sacudiendo las redes dos veces, proporcionó un triunfo 2-0, y en la final, aunque no marcó, fue pieza vital en la resonante victoria 3-2 con goles de Brown, Valdano y Burruchaga.
Mañana, 36 años después, llega la hora de Messi y la interrogante inevitable es ¿Será capaz de seguir ofreciendo demostraciones como las vistas hasta hoy, y levantar la tercera Copa para Argentina?. Medio mundo, o quizás un poco más, lo desean. Ya lo veremos. Cuando todas las miradas están sobre ti, hay una carga de presión extra. Mejor que cualquier otro, Messi lo sabe.