formidable marcador de punta de fulgurantes proyecciones ofensivas y dueño de impresionantes remates, no titubeó en responder: el de 1982, que, no ganó nada, pero lo tenía todo y deslumbraba. 

“No he podido ver otro equipo como ese”, dijo Roberto Carlos refiriéndose a la flexibilidad, armonía y magia, que garantizaban Falcao, Sócrates, Zico, Toninho Cerezo, Junior y Eder.

Ciertamente fue un equipo próximo a lo fantasioso, pero se encontraron con un Paolo Rossi inspirado y destructivo, que atravesando por una de esas tardes que soñaba Van Gohg, los sacó de esa Copa.

AQUÍ ESTÁ EL RETO

¿Qué hacemos con el Brasil de 1970, que lo tenía todo incluyendo a Pelé, mas un grupo de geniales jugadores escapados de la Lámpara, y lo ganó todo?…Es decir, que no dejó el mínimo margen para ser sometido a discusiones inútiles.

Bueno, Roberto Carlos, que nació en 1973, seguramente sólo ha escuchado hablar de ese equipo, y como los videos establecen una clara diferencia entre “aquel futbol” de posiciones definidas; de extremos ágiles, alegres y de llamativa destreza; de un marcaje territorial; de la utilización del libero y el stopper; pero de mayor espacio disponible para maniobrar, no lo admite como el equipo Perfecto.

Es asunto generacional y evolutivo…El Brasil de Leonidas, tiene diferencias con el que vimos en 58 en Suecia y en el 62 en Chile, y estos al mismo tiempo, no son comparables con el de 1970…La superior dinámica, rotación permanente y exuberante condición física del 82, consecuencia de la revolución de los holandeses con su futbol total, cambió las perspectivas, y Brasil con sus jugadores de talento natural, se adapto eficazmente.

OTRO GRAN EQUIPO

El Brasil del 86, tambien brillante, que perdió ante Francia por tiros de penal después de una batalla de belleza incomparable y brutal desgaste, y el de 1990, eliminado por una genialidad de Maradona, completada por Caniggia, se diferencian del Brasil de Romario que obtuvo la cuarta Copa en 1994, y del Brasil de Ronaldo, desvanecido a último hora, devorado por la crecida e incontenible Francia.

El Brasil de 1970 en México, tuvo lo mejor de Pelé, más Tostao, más Gerson, más Rivelino, más Jairzinho, más Clodoaldo, más Carlos Alberto…Un equipo super.compacto en todos los sectores del terreno, capaz de fabricar un futbol de rápido y seguro traslado de pelota, con desmarques desconcertantes, una segura zona de contención, y matemático manejo de los pases largos, las diagonales y las paredes.

Roberto Carlos puede preguntar: ¿Hubieran sido capaces de hacer eso mismo en estos tiempos de acoso feroz y estrangulamientos implacables?

EN CUALQUIER ÉPOCA

Y uno piensa…Con las habilidades que esos jugadores tenían, estarían a la altura de los mejores hoy día…Y es los genios siempre prevalecen, más allá de la época en que nacen y se desarrollan.

En 1994, lo que quedaba de Maradona fue suficiente para convertirlo en pieza clave en el engranaje del equipo argentino…Cuando él salió, todo se oscureció, algo que no hubiera ocurrido en aquel Brasil del 70, aún sin Pelé, como se demostró en 1962 en Chile.

Lo de Brasil en México 70 fue una sinfonía digna de Shubert o Bethoven, un futbol de arte y fuerza combinados, capaz de la conversión de lo difícil en fácil, un estilo que entraba por los sentidos por su rapidez colectiva y movimientos que nacían en el cerebro para transformarse en maniobras incontralables para el enemigo…Lo vimos en el triunfo sobre Italia por 4-1 que aseguró la tercera Copa, y la posesión de la Jules Rimet.

FUE IMPRESIONANTE

Para dominar el escenario, como lo hace el Ballet de Kiev, aquel Brasil de 1970, no cedió un punto, marcando 20 goles y ganando sus seis encuentros, en una época menos desgastante por supuesto…Su ataque, fue considerado único en la historia.

Nunca se ha visto un fútbol brasileño tan coherente y profundo, como ese de México 70…Jairzinho era impetuoso y decisivo, Tostao, un armador excepcional, Pelé insuperable, Rivelino flexible y demoledor, Gersón colosal, Carlos Alberto desbordante y Clodoaldo versátil,

Las ideas tácticas de Zagallo fueron inspiradas en las condiciones físicas, técnicas y raciales de sus jugadores: utilizaba cuatro defensas, cuatro medios y en punta Jairzinho y Tostao, pero en los  contraataques, siempre estaban Pelé, Rivelino y Gerson, a veces Clodoaldo o Carlos Alberto, según el pasillo libre.