¿Cómo olvidar el duelo Francia-Bélgica? Todos terminamos viéndolo de pie con el sistema nervioso funcionando como un acordeón…Aparentemente de la nada, el defensa francés Samuel Umtiti saltó al escenario como el fantasma de la Opera, y con Alderweireld fuera de foco y Felliani llegando tarde, se estiró con precisión para asestar esa estocada de cabeza sobre ese centro de Griezmann desde la esquina derecha. El arquero belga Curtois sorprendido, exigía una explicación. Fue el único gol gritado en esa estremecedora batalla, y ocurrió en el minuto 51. Francia estaba en la Final.

Agotado como si hubiera estado corriendo junto con los jugadores, pensé: Este es el partido que estábamos esperando. Uno de verdad, con contenido completo incluyendo brillo de figuras, carga de suspenso, dinámica excepcional, atajadas espectaculares y toques de magia con Hazard, Mbapeé y Griezmann. Partidazo sin pausas. Lo mejor de Bélgica pese a ser encadenado Lukaku y ver desajustado a DeBruyne, y lo mejor de Francia, más allá de las confusiones de Giroud y el sufrimiento de Pavard. No recuerdo un 0-0 más electrizante después de 45 minutos. Finalmente el quiebre de ese abrazo de colosos conseguido con el cabezazo de Umtiti golpeando ese centro trazado por Griezmann desde la esquina derecha, sin chance hasta para Curtois. En ese momento sublime del 1-0 en el minuto 51, Umtiti se sintió el rey de Francia. Ese gol empujó al equipo de Deschamps a la final de esta Copa, la tercera que alcanza en su historia en busca de su segunda coronación. Sólo le hizo falta a Bélgica ser más penetrante y ganar. Lo hizo casi todo por lograrlo, pero triunfó Francia con la cabeza de Umtiti.

EL BRILLO DE HAZARD

La intensidad ofrecida por ambos equipos superó lo imaginado. Un duelo abierto, estilos diferentes pero con las mismas pretensiones, sin encapuchados, todos mostrando sus caras y sus intenciones, decididos a abrirse paso entre las brasas, como lo hace esta chavalada atrevida que despertó al país y puso en marcha la búsqueda de un país mejor. Consecuentemente disfrutamos de un gran juego. En los primeros segundos, el aviso de Francia. Casi sobre la raya derecha, Mbapeé se escapa y envía al área intentando sacar provecho del rápido ingreso de Griezmann. Un susto solamente, pero al mismo tiempo, una advertencia…Prudentemente pero sin miedo, Francia se quedó atrás confiando en su capacidad para contragolpear y Bélgica se instaló bien distribuida, con los desequilibrios del formidable Hazard por la izquierda y las conexiones de Chadli con el periférico DeBruyne por la derecha. Bélgica tenía el balón, y aunque Giroud no podía salir de la confusión como hombre de punta en el ataque francés, Griezmann multiplicándose y Mbapeé, amenazante, eran preocupaciones que se agrandaban.

PROHIBIDO PARPADEAR

Hazard estuvo cerca con un disparo cruzado a los 15 minutos, Matuidi envía un cañonazo recto a Curtois a los 18, Hazzard tira por encima del travesaño y Lloris despeja un balón provoca escalofríos que buscaba Felliani. En el minuto 21, la atajada del juego y una de las mejores de la Copa. Alderweireld dentro del área, dispara un zurdazo que todos vemos viajar hacia la red de Lloris, pero el arquero francés se eleva, y paralelo al piso, con sus brazos y manos estiradas al máxima, en estupenda reacción, desvía la pelota. El 1-0 a favor de Bélgica ha sido evitado. Francia se agita, un lujo de Mbapeé, maniobrando con tacón, no se aprovecha. Giroud falla con su cabeza y Griezman tira por arriba. Otra vez amenaza Giroud  otra vez Griezmann. Desde el minuto 23 Bélgica está desorientada, pero se inyecta calma y regresa, mientras la capacidad de generar peligro de Lukaku, sigue atornillada. En el minuto 38, Mbapeé deja a Pavard frente a Curtois, pero el lateral no puede concretar y la posibilidad se desvanece. Francia vuelve a mejorar y está consiguiendo más llegadas. Antes del silbato, Lukaku no puede resolver una pelota por culpa de Umtiti.

LA PUÑALADA MORTAL

Regresando del descanso, Francia trata de ejercer más presión, pero Bélgica responde. Ambos equipos muestran su interés por pisar el acelerador por encima de los inconvenientes, y en el minuto 51, Kompany desvía al corner un ingreso de Giroud. Lo ejecuta Griezmann, y nadie parece reparar en la presencia de Umtiti. Alderweireld se queda un poco y Felliani se mueve tarde. El cabezazo desde el vértice del área chica, hacia atrás con precisa torsión, sólo permite a Curtois agrandar sus ojos y mostrar su asombro. Nada que hacer y nada que cuestionar. Gol de Francia, 1-0, y Bélgica a remar contra la corriente. Lo mejor del duelo fue el sostenimiento de la intensidad. Francia confía en su defensa extendida con preocupación extra sobre Hazard y control férreo de Lukaku. Las oportunidades continúan, sobre todo cuando Pogba sube acompañado de Kante, mientras raramente, Hazard es abandonado por la izquierda y DeBruyne pierde puntería aunque no vitalidad. Bélgica domina la posesión pero quien más dispara es Francia, y logra dos peligrosos acercamientos en tiempo de reposición, una de ellas clara con Tolliso. Cae el telón, Francia está en la final y Umtiti se siente rey. Lo siento por ésta Bélgica.