DJOKOVIC, EL GOLIAT DEL TENIS

EDGAR TIJERINO M
10 DE SEPT DEL 2023
La piedra de David, hubiera sido devuelta por Novak Djokovic, el serbio que confirmó ser el Goliat del tenis, un Goliat sin fisuras a sus 36 años, capaz de apagar con su inmenso talento, destreza inagotable y admirable consistencia, el fuego de una juventud impetuosa. Su victoria hoy por 6-3, 7-6 y 6-3 sujetando al difícil y bravo ruso Daniil Medvedev, le permitió aumentar a 24 sus títulos de Grand Slam, nivelándose con Margaret Court. Es la cuarta vez que Djokovic gana tres de los cuatro títulos de Grand Slam en la misma temporada, un alarde fuera del alcance de Connors, Sampras quien nunca ganó en Paris, Federer y Nadal.
Entre una gran expectación, el serbio Djokovic se adelanto 3-0 y 4-1 para imponerse 6-3 con relativa comodidad, exhibiendo todos sus recursos. Hay que averiguar si le hicieron un trasplante de piernas, quizás las de Yohan Blake uno de los grandes rivales de Bolt. Un hombre de 36 años, circulando en un deporte tan desgastante como el tenis, con más rapidez que chavalos como Alcaraz o Jannik Sinner, para ir con la prontitud requerida de una esquina a la otro, y moverse hacia la red para responder con seguridad los drop shops, es algo que asombra. ¿Hay alguien mejor que Djokovic en los boleos largos con ese uso perfecto de las diagonales, golpeando las pelotas al revés y al derecho? Mendvedev intento ser el jugador inspirado y efectivo que vimos frente a Alcaraz el viernes, pero Djokovic, instalado como número uno del planeta, le cortó la corriente.
El segundo set fue de esos que permanecen por siempre en el recuerdo. No por los 104 minutos de duración -tiempo récord en Open USA-, sino por la calidad de los puntos y la brillante defensa de quiebres en momentos cumbres. Ese intento de quiebre que salvó Novak para asegurar el 4-4, incluyendo largo deslizamiento y certeza de arquero apache, fue de oro puro. Pareció cansado el serbio y durante una caída por perdida de equilibrio, se quedó en el piso resoplando, y revisando su pierna derecha. Regresó como si nada, pero raramente cometió dos dobles faltas. La pelota continuó zumbando perdiendo pelo de un lado a otro, viajando siempre a lo profundo, exigiendo golpeo potente y rasante para evitar latigazos definitivos. El público rugía, como en un partido de futbol, saltaba de sus butacas, llevaba sus manos a las cabezas, se miraban, y la balacera continuaba en la cancha. Fueron al desempate después del 6-6 y se adelantó el ruso cuatro veces, pero después del 5-5, “mató” Goliat y estableció el 2-0 que inclinaba la balanza.

El tercer set, no fue lo intensamente disputado como se esperaba. Las piernas de ambos gemían pero no los brazos. Sin embargo se estaban quedando cortos en llegadas y Djokovic fue más firme, más fuerte, más seguro, y se impuso 6-3 consiguiendo una ovación ensordecedora y un reconocimiento unánime como el mejor de todos los tiempos. Ni Federer ni Nadal pueden discutirlo. Lo saben hasta los Faraones.

 

DJOKOVIC CEREBRO Y DESTREZA

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septiembre 11, 2023

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