Regresó la calma. ¡Que bueno!

Terminó todo después de un mes de agitación sin pausas. El planeta, excitado y suduroso,  deja de girar por un rato, y hasta la ley de la gravedad se toma un merecido descanso.

Ya era hora, ¿o no?.

Discusiones apasionadas e interminables aparte, Italia es el campeón, y tenemos que aceptarlo como hecho testarudo e irreversible. ¡Que pena por Francia!. Se fajó con empeño, bravura y buen criterio, pero no fue suficiente.

Esto de los penales no es justo, y ocurre por segunda vez en finales de Copa. Pobre Trezeguet mostrándonos el rostro de la frustración mientras veía como el balón rebotaba en el horizontal. Un momento para él y todo Francia, sacado del Apocalipsis.

Los expertos, siempre exigentes, se quejan que esta Copa no aportó nada nuevo y que se vió muy poco futbol. “El triunfo de la nada”, titulo el periódico español El País, atacando lo que considera terrible mediocridad.

Pero es que hoy todo es más dificil en el futbol. Las diferencias entre los todopoderosos y los que vienen creciendo, se han estrechado tanto, que Ghana puede colocar contra las cuerdas a Brasil, en tanto Trinidad y Tobago le saca la lengua a Suecia, el equipo suizo se fue sin permitir gol en cuatro juegos, y resulta un atrevimiento tratar de fijar al favorito en cualquier duelo.

El bajo promedio de goles no fue consecuencia del temor, porque se ofreció suficiente agresividad en busca de las victorias, y una prueba de eso es que las defensas impresionaron por la multiplicación de esfuerzo y los índices de efectividad, y los arqueros se vieron agigantados. Las figuras de Cannavaro y Thuram, fueron merecedoras de posters en la Puerta de Brandenburguer en Berlin, en el Aereopuerto de Francfort, o en la entrada de la Estación Central de Trenes en Munich.

Fue una Copa emotiva en todo instante, y eso tiene un gran significado. Cuando todo lo que te rodea es imprevisible, el sistema nervioso pemanece alterado, y le truena cuando esa sensación se alarga por un mes.

Entremos al tour que nos impone cada Copa del Mundo una vez que cae el telón, que los mariachis callan y que sólo un equipo ve el cielito lindo.

EL MEJOR PARTIDO

Alemania-Italia en octavos de final. Fue un partido vibrante por su accionar casi ininterrumpido y el peligro presente constantemente, con un final enloquecedor. Los goles de Fabio Grosso yAlessandro Del Piero quebrando el 0-0 en menos de tres minutos, con el drama del tiempo extra estirado por el árbitro Benito Archundia, provocaron un asombro que todavia continua.

EL MAYOR IMPACTO

Argentina quebrando por la cintura y la clavicula a Serbia y Montenegro con 6 goles, incluyendo el fabuloso de Maxi Rodríguez y ese de Cambiasso, después de una racha de 24 pases, como si sólo el equipo de Pekerman estuviera en la cancha. A partir de ese resultado, Argentina creció bruscamente en las consideraciones.

EL JUGADOR

Sin duda y más allá de su expulsión por agredir a Materazzi, fue Zinedine Zidane. Todos sus movimientos estuvieron iluminados por esa grandiosidad que es patrimonio de los fuera de serie. Después de dos tarjetas amarillas y perderse el tercer juego de Francia, un vencer o morir contra Togo, Zidane se robó el espectáculo y fue clave para humillar a Brasil.

EL PORTERO

Gianluigui Buffon de Italia. Sólo permitió dos goles, uno de ellos consecuencia de una desafortunada gestión defensiva de su compañero Zaccardo en el duelo con Estados Unidos, y el otro, el penal magistral que cobro Zidane. Realizó la atajada cumbre de la Copa sobre un cabezazo aparentemente mortífero de Zidane, que pudo cambiar el desenlace de la final.

EL MÁS FRUSTRADO

Ronaldinho, el brasileño, calificado como el mejor jugador del planeta. De él se esperaba magia pura, verlo desequilibrar defensas, martirizar arqueros, jefear a Brasil hacia su sexta Copa. Nada de eso ocurrió. Lamentablemente, “paso de noche” Ronaldinho.

LA GRAN FALLA

No usar a Messi todo el tiempo que pudo estar en pie de lucha. Cuando lo juntaron con Tevez, formaron una pareja tan dinámica como la de Ciudad Gótica. Al ser eliminado el equipo argentino con Messi en el banco, Pekerman se sintió como un condenado a muerte por la crítica.

EL GOL INOLVIDABLE

El de Maxi Rodríguez, explicado en una nota especial en esta revista. Guardará el video para su vejez y que puedan creérselo.

LA DECEPCIÓN

Brasil, un favorito unánime en los cálculos previos que se fue derritiendo lenta y dramáticamente hasta ser eliminado por Francia. No tuvo ningún gran juego. Entregó la corona mansamente.

EL RÉCORD

Los 15 goles de Ronaldo en Copas del Mundo, superando por uno al alemán Gerd Muller, quien sólo estuvo en acción en 1970 y 1974.

EL SUSPENSO

Esperar por Francia en el Grupo G después de sus angustiosos empates con Suiza y Corea. Tenía que vencer a Togo para evitar volver a ser eliminada en primera ronda como en el 2002. Se salvó con dos goles, pero nadie consideró que ese equipo, llegaría a la final.

EL MAYOR DRAMA

Ver salir a Zidane, expulsado, con pocos minutos pendientes y el resultado de la final en el aire, dejando a Francia con un hombre menos. ¿Cómo pudo perder la cabeza un jugador de ese calibre con tanta experiencia acumulada?

EL EQUIPO AFRICANO

El de Ghana. ¡Cómo le jugó a Brasil!

LAS DESPEDIDAS

No volveremos a ver en las Copas a Zidane, Barthez, Thuram, Roberto Carlos, Cafu, Figo y Keller.

La Copa del 2006 escapa de nuestras manos. Sin alardes, Italia obtuvo su cuarto titulo. Ahora a esperar cuatro años, con la esperanza de ver resurgir el futbol latino, severamente golpeado contra pronóstico.